Hay un secreto para ser el mejor en lo que sea que hagas, se trata de aprender rápido tomando en cuenta la historia de quienes ya han triunfado en el campo que te propongas triunfar. Algo así como programarte rápidamente en base a los triunfos y victorias pasados, aprender de la historia para no repetir los errores y tratar de emular los movimientos que a otros le llevaron a la victoria.
Me dedico a estudiar el comportamiento del ser humano, trabajando en publicidad y desarrollo de estrategias de venta. Por tal motivo, todo lo que veo y escucho, leo o aprendo lo trato de utilizar para mejorar mis técnicas y desarrollar a su vez nuevos procesos de mejora en mis tareas.
Hoy quiero compartirte una técnica que me es de mucha utilidad desde hace muchos años, tanto en el trabajo como en la vida misma:
Le llamo la mirada del León, se trata de desarrollar el ojo de una manera aguda, tal como lo hace uno de los seres vivos más poderosos del mundo. Ese animal majestuoso que impone muchas cosas, entre tantas, astucia, liderazgo, liderazgo, fuerza, seguridad, majestuosidad.
Todo inicia en ponernos detrás de sus ojos de una manera imaginaria, tratando de entender que sus movimientos parten desde esa seguridad que la naturaleza misma le heredó, aunque seguramente no lo sabe, todo ese poder se percibe por todos los demás solo con verle caminar, incluso descansar. Ese poder está ahí y emana radiación de supremacía. Muchas veces nuestro trabajo, nuestras acciones, nuestro desempeño puede generar eso en los demás, por tal motivo es que más normal de lo que se espera, reacciones tan comunes como la envidia o el rechazo, puede ser al éxito o simplemente a eso que se irradia al tener características que pueden parecer amenazantes.
La mirada del león es tan inocente como penetrante, por eso es bueno entender que los seres podemos tener esas ventajas o desventajas a nuestro favor. Si aprendemos a tener el control sobre las emociones que esto puede impregnarnos, no solo estaremos más auto controlados, sino que seremos más felices y productivos.
Soy un creyente que el ser es más útil siempre y cuando se ponga objetivos y trabaje por ellos con motivación, ya que los estímulos deben ser tanto externos como internos, si nos preocupa y nos alegra tener resueltos nuestros objetivos, siempre estaremos brindando toda nuestra concentración y amor por lo que hagamos.
En esta época de pandemia donde lo virtual, lo tele comunicativo tomó especial relevancia, dado que la distancia se hizo necesaria y la comunicación electrónica cobró una vida más activa (incluso de la que ya tenía gracias a los avances de la tecnología en los últimos 10 años, y las benditas redes sociales) se hizo evidente que podemos trabajar a distancia, estudiar desde casa y tener relaciones sociales con la misma libertad y frecuencia que se tiene de manera presencia.
Hace muchos años comparto que tener acceso a una red como Youtube nos brinda infinidad de posibilidades de aprender y cultivarnos con cientos, miles de cursos, talleres y experiencias compartidas de primera mano. Pero a veces hay que seguir la premisa que dice: nadie aprende en cabeza ajena. También pensaba que en un país tan complejo en el tema de la educación, aprender en casa puede ser una de las mejores opciones, aunque los sistemas emergentes por la pandemia no brindan las mejores opciones, es un buen inicio para que próximas generaciones adopten esto de manera casi natural.
Tenemos que ser fuertes y constantes, porque estar en casa no significa que no trabajemos con la misma pasión. Mi segunda recomendación es tener la permanencia y constancia necesaria para que cada proyecto, cada encomienda, cada misión que nos propongamos sea brillante, porque así es cuando ponemos lo mejor de nosotros en cada cosa que hacemos.
Se puede trabajar por objetivos en lugar de horas, pero ese es un tema que dejaré para otro blog, porque ya es demasiado para procesar para este.
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